Hoy quiero compartir un asunto que considero clave para la innovación en las organizaciones y en las vidas personales: aprender a ser humilde, lo suficiente como para oír y respetar los otros puntos de vista.
Las personas ven el mundo de formas diferentes. La manera en cómo tú lidias con esto va a definir si eres un aprendiz o un controlador. Los controladores dicen que saben cómo son las cosas, cómo deberían ser y qué es lo que debe hacerse. Dan muchas órdenes y hacen pocas preguntas. Los aprendices son curiosos y humildes, no están tan seguros en la interpretación de lo que está ocurriendo y en lo que debe hacerse. Son más indagadores que mandones e intentan tener en cuenta los puntos de vista ajenos en vez de imponer únicamente el suyo.
Los controladores sostienen su autoestima considerando que siempre están en lo cierto. Se sienten satisfechos cuando logran eliminar todos los puntos de vista contrarios y cuando todos pasan a estar de acuerdo con ellos. Consideran que las cosas son tal como ellos las ven y cualquier otra interpretación está equivocada. Un caso típico de "arrogancia ontológica" (la ontología es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza de la realidad, lo que es inherente a todos y cada uno de los seres).
Los aprendices sostienen su autoestima en el hecho de permanecer abiertos, invitando a todos a compartir sus percepciones dentro de un espíritu de aprendizaje mutuo. Consideran que ven las cosas como les parece, y que esa visión es tan solo parte de un todo mucho más amplio. Estos ejemplos son lo opuesto de la arrogancia, la "humildad ontológica".
Una persona humilde no se ve por encima de los demás y no aparenta estar en posición privilegiada. La humildad ontológica es el reconocimiento de que su visión de la realidad o de la verdad no tiene nada de especial y forma parte de un modelo más amplio de aprendizaje.
Las consecuencias finales de este modelo de aprendizaje constituyen el sueño de cualquier liderazgo: eficacia, flexibilidad, innovación, alta calidad, gran rentabilidad, bajos costes, baja rotación de empleados, mejora continua, crecimiento personal y profesional.
Con todo, a pesar de tantos beneficios, este no es el modelo patrón de nuestra sociedad. Vivimos en una cultura arrogante, en la cual la mayoría de nosotros buscamos un modelo de control unilateral. Desde los tiempos de bebé, tú has sido condicionado para tener mérito solamente cuando vences, para evitar situaciones embarazosas y para demostrar que estás en lo cierto. Si fallas te sentirás un fracasado. Percibes el error como "culpa" y no como "un aprendizaje para mejorar tu habilidad de dar respuestas a los retos".
Desarrollar esta nueva habilidad no es sencillo y requiere mucha práctica. Es preciso que aprendas a expresar tus puntos de vista y a acoger las opiniones ajenas con honestidad, respeto y humildad. El gran reto es desarrollar la humildad no solo con otros aprendices, sino igualmente con el gran número de controladores unilaterales que te rodean.
¿Cómo es posible expresarse con humildad ontológica sin ser masacrado por los demás? ¿Cómo ser asertivo en relación a lo que tú piensas sin masacrar a los que piensan de forma diferente?
El primer paso es traer esto a la luz de tu conciencia, permanecer alerta sobre tu forma de actuar y buscar explorar más sobre este asunto. No hay receta de tarta, sino metodología y entrenamientos específicos para desarrollar esta habilidad.
Si deseas explorar más sobre este asunto recomiendo la lectura del libro Conciencia en los Negocios de Fred Kofman.
¡Fuerte abrazo!
por WebMaster
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Publicado dia 7/2/2011 5:36:14 AM em STUM WORLD
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