Por más difícil que sea creerlo, todas las dificultades de la vida son oportunidades de aprendizaje. Claro que mientras no estamos aún lo suficientemente preparados para percibirlo, los desafíos se asemejan a un castigo y nos llevan a cuestionar las razones por las cuales estamos pasando por aquella circunstancia.
Sin embargo, si conseguimos trascender ese momento y, al revés de desperdiciar energía quejándonos, aplicamos esa misma fuerza en la búsqueda de soluciones inteligentes para los problemas, de a poco iremos a descubrir un poder que ni imaginábamos poseer.
La inteligencia, al contrario de lo que se supone, no es un atributo intelectual, y si, una cualidad de la consciencia. Es ella quien nos lleva a encontrar a cada momento respuestas adecuadas para las diferentes situaciones de la vida.
Sin esa actitud, nos quedamos atrapados a una existencia mecánica, previsible, rutinera, donde la creatividad jamás se hace presente. Pero si la confianza en nuestra sabiduría interior está firmemente plantada, nada nos desviará del camino.
Todo lo que precisamos hacer es estar atentos para que podamos oír la voz de la intuición, pues ella siempre nos mostrará lo que cada desafío puede enseñarnos, aunque demore un tiempo.
Muchas veces solo conseguimos obtener esa respuesta después de que la tempestad ya se fue y nos relajamos con la sensación de victoria que trae la superación de un obstáculo. Es ahí, en ese momento, que si estamos plenamente atentos sucederá la consciencia del aprendizaje que la vida deseaba proporcionarnos.
“…Esto que enseño es: estar en el mundo, en todos sus absurdos, en todo su ruido… y aún así mantener la calma, distante, individual. Estar en él, pero no ser de él. Deja suceder en torno a ti, no hay necesidad de escapar, no hay para donde huir. Aunque te escapes a algún lugar, no irás a transformar tu ser, tu mente permanecerá igual.
La mejor manera es aprovechar la oportunidad en el mundo.
El mundo es una oportunidad, una gran oportunidad, un regalo de Dios terriblemente valioso. Es un dispositivo de enseñanza.
Estar en él y aún así estar tan lejos, tan trascendental que nada de eso llegue al ámago de tu ser; apenas tu circunferencia es tocada por él, pero tu centro permanece indiferente.
Ser el centro del ciclón, eso es exactamente mi enseñanza. El mundo es una historia contada por un idiota lleno de furia y ruido, significando nada. Es muy fácil ser atrapado en la red, porque el tonto no está solo del lado de afuera, también está adentro. Tu mente es parte del cuento de hadas contado por un idiota y le gustaría encontrar un sentido, en tanto no existe ninguno.
La mente no puede permanecer sin encontrar algún significado, si no puede encontrarlo, lo inventa; caso contrario, se siente vacía, se siente que le falta algo.
No hay ningún significado en el mundo. Todo el significado está en el centro de tu ser. El mundo es simplemente ruido, no hay ninguna música. La música está en lo más profundo de tu ser, y la música tiene que ser oída en todo el barullo del mundo. De esta manera, el barullo del mundo funciona como fondo, como un contexto.
Puedes oír la música interior de forma más clara por causa del barullo; así, el ruido no es más una perturbación y si una ayuda.
¡Es por eso que no enseño la renuncia, enseño el júbilo!”
Osho
Publicado dia 5/4/2014 9:22:36 AM em STUM WORLD
