Para empezar, vamos a separar algunas cosas. Larvas astrales, vibriones psíquicos y aparatos astrales son todos formas-pensamiento. En cambio los ovoides no son formas-pensamiento, sino conciencias que han tomado la forma ovoide, por motivos que explicaremos en otro apartado. ¿Cuál es la diferencia y por qué hacer esa diferenciación? Porque explicando las formas-pensamiento ya habremos facilitado bastante las cosas y ya habremos andado mitad del camino.
Formas-pensamiento son creaciones mentales modeladas en materia fluídica o materia astral. Pueden ser creadas por encarnados y por desencarnados, con características buenas o malas, positivas o negativas. Tal como su propio nombre indica, son resultado de la acción de la mente sobre las energías más sutiles que están a nuestro alrededor, creando formas correspondientes al pensamiento externado.
Las energías que nos rodean son altamente plásticas y sensibles a la acción de las ondas mentales. Cuando pensamos, las vibraciones que emitimos actúan sobre estas energías, condensándolas o dispersándolas, dándoles formas, colores y brillos que corresponden a la naturaleza y a la esencia de lo que pensamos. Si el pensamiento es pasajero, a menudo ni siquiera llega a crear nada, o si crea algo, la forma no se mantiene, pues no es realimentada. Si, por el contrario, el pensamiento es persistente, revivido continuamente por imágenes mentales, la forma creada se establece, volviéndose cada vez más fuerte.
Si se trata de forma-pensamiento positiva, sana, elevada, se alimentará de los pensamientos y sentimientos positivos de su creador, al mismo tiempo en que lo abastecerá de buenos fluidos agregados, por sintonía, de otras mentes y formas-pensamiento del mismo jaez. Si, por el contrario, se trata de una forma-pensamiento negativa, densa, enfermiza, también se alimentará de los pensamientos de su creador, llevándolo a intensificar, cada vez más, la misma idea y proyectando sobre él todos los fluidos con los que tenga sintonía, hasta que el emisor ya no sea capaz de desvencijarse de su propia creación. Su mente pasa, entonces, a estar repleta únicamente por aquella idea, en un círculo vicioso.
Así es como empiezan muchos procesos de obsesión, con formas-pensamiento creadas y mantenidas por la propia persona, ya que muchos obsesores se aprovechan de esas creaciones, manipulándolas para asustar, atormentar y drenar las energías de las personas que son objetivo suyo. Es importante observar también que las formas-pensamiento pueden ser “incorporadas” por médiums, como si fuesen espíritus. La diferencia es que, como no son conciencias y no tienen mente, o sea, no son individualidades, no son capaces de comunicarse de forma lógica; no obstante, pueden acoplarse a los médiums, a su aura y a su periespíritu, para drenaje de energías y consiguiente desintegración de la forma, desligándola de otras conciencias encarnadas y desencarnadas.
Estas son muchas de las manifestaciones que se producen en los grupos de desobsesión en que no hay diálogo, pero se nota un debilitamiento gradual del fenómeno, como si la “entidad” estuviese literalmente derritiéndose, deshaciéndose, para a continuación dejar el cuerpo del médium.
Para entender mejor el asunto “formas-pensamiento” leer el libro “Formas de Pensamiento”, de Annie Besant y Charles W. Leadbeater.
por WebMaster
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Publicado dia 9/20/2015 11:00:04 AM em STUM WORLD
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